Todos hemos escuchado alguna vez hablar de la conocidísima
obra de William Shakespeare, Hamlet.
Pero, ¿alguna vez te has parado a pensar cuáles fueron los factores que
llevaron al gran genio de las letras inglesas a escribir esta obra?
Hay distintas especulaciones, ya que al ser una obra de tal
relevancia se ha estudiado todo lo que la rodea al detalle.
Algunos estudiosos aseguran
que la fuente de inspiración de Shakespeare se encuentra en una leyenda
escandinava del siglo XII. En esta leyenda, conocida como La historia dánica,
el danés Saxo Grammaticus nos narra las hazañas de un príncipe danés, con el
nombre de Amleth. Se piensa que la figura de este príncipe es la que insipiró a
Shakespeare el personaje de Hamlet.
La historia de este príncipe danés fue versionada en 1582
por el escritor francés François de Belleforest. Su versión fue titulada como
Histoires tragiques. Se piensa que está versión fue la que conoció Shakespeare,
ya que gracias a ella Shakespeare pudo conocer esta antigua leyenda nórdica.
Otra versión fue la dada por el dramaturgo inglés, Thomas
Kyd, en 1589. Este escribió la obra Ur-Hamlet, que tiene el mismo argumento que
podemos observar en la obra se Shakespeare. No se sabe con certeza si
Shakespeare solo se inspiró en ella o si Ur-Hamlet es la obra que Shakespeare
solo versionó.
A pesar de toda esta incertidumbre respecto a sus antecedentes
lo que sí se sabe con certeza es que la obra escrita por William Shakespeare es
inigualable en cuanto a la descripción angustiosa de la duda y decisión del
protagonista.
Hamlet, el protagonista, es el hijo del difunto rey de
Dinamarca, matado por su propio hermano. En el momento de la historia Hamlet se
encuentra en un reino reinado por su tío, el cual está casado con su madre,
pero la verdadera trama de la película empieza cuando el
espectro de su padre le desvela la verdadera causa de su muerte. Esta
revelación hará sentir a Hamlet con la necesidad de vengar la muerte de su
padre.
Una de las principales características de Hamlet es la
contradicción en la que vive, una contradicción causada principalmente por su
forma de ser, ya que es muy pensativo y reflexivo, como consecuencia todas sus acciones tienen
un soliloquio donde expresa sus sentimientos hacia la acción y cómo cree que
debe actuar. La contradicción en la que vive el protagonista es el debate entre
si debe matar a su tío o no, ya que él tiene un claro deseo de matarlo, pero
por otra parte se encuentra dubitativo respecto a la verdad de la muerte de su
padre.
Este debate tiene su clímax en el famoso monólogo: ser o no ser, esa es
la cuestión. En este monólogo Hamlet incluso llega a plantearse la muerte, ya
que dice que sería la mejor forma de acabar con el rompecabezas que le está
tocando vivir.
Otra característica de Hamlet es la locura. Al principio la
fingida locura es una clara estrategia para poder alargar la toma de su
importante decisión, pero al final del libro esta locura parece que deja de ser
fingida y que toda la situación que le toca vivir a derivado en que se ha
vuelto loco de verdad.
Hamlet es un personaje que con todas sus reflexiones y
pensamientos nos hace reflexionar sobre la brevedad de la vida, ya que al fin y
al cabo la vida es muy corta y la muerte infinita, por lo tanto tenemos que
vivirla al máximo y no desperdiciarla, aunque hay veces que la vida nos pone unos obstáculos
en el camino que nos llevan a querer abandonar todo, e incluso la vida misma.
Hamlet es sin duda el espejo de la existencia del ser humano, ya que el ser
humano siempre se debate entre el bien o el mal, pero lo que sin duda hace
especial a Hamlet es que nunca se quedará anticuado, ya que a pesar de que hayan
pasado años y años desde su creación todavía, a día de hoy, sigue reflejando los
problemas del ser humano.
BIBLIOGRAFÍA
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